El día miércoles nos reunimos como comunidad educativa para celebrar la Eucaristía de inicio del año escolar 2018, destacando dos sentimientos profundos que de forma particular nos convocaron como comunidad.
Por una parte, la gran alegría que tenemos al celebrar los veinte años que cumple nuestro colegio, recordando momentos y experiencias maravillosas que nos han ayudado a crecer como institución gracias al aporte y esfuerzo de docentes, administrativos, auxiliares, apoderados y particularmente nuestros alumnos. Sin embargo, esta alegría ha sido opacada por el sentimieto de dolor que tenemos debido a los hechos de abuso que ocurrieron en nuestra institución. Pedimos perdón al Señor y a las familias por haber fallado en la importante misión que se nos encomendó, proteger a los niños y niñas .
Es fundamental que seamos conscientes de que nuestras limitaciones y fragilidades son grandes, más que nunca necesitamos a Jesús y su inmensa misericordia para guías nuestro camino con “Luz para esclarecer el pasado y Luz para iluminar el futuro”.